Señora de elevados horizontes,
de elegante perfil, alta y vistosa,
joya bañada en luz, piedra preciosa,
faro del que navega en estos montes.
****
Todos los ojos sueñan tu conquista,
toda la historia habida en ti se encierra.
Nada de lo que ocurre en esta tierra,
escapa a la presencia de tu vista.
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Todos los siglos y todos los vientos
tejieron los verdores de tu falda
y al escondido abrigo de tu espalda,
duermen todos los soles soñolientos,
****
Que perfilan con fuego tu figura,
proyectando en los pueblos ribereños
la noche con sus lunas y sus sueños,
su dilatada sombra y su negrura.
****
Eres, en el ocaso, la áurea llama
que dibujó las tardes de mi infancia,
con tu encarnado fuego, tu elegancia,
tu eterno estar ahí, querida dama.
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Blanco balcón de nieve que se graba
en el futuro andar de la mirada.
Tu silueta de luz, Peñacorada,
de elegante perfil, alta y vistosa,
joya bañada en luz, piedra preciosa,
faro del que navega en estos montes.
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Todos los ojos sueñan tu conquista,
toda la historia habida en ti se encierra.
Nada de lo que ocurre en esta tierra,
escapa a la presencia de tu vista.
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Todos los siglos y todos los vientos
tejieron los verdores de tu falda
y al escondido abrigo de tu espalda,
duermen todos los soles soñolientos,
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Que perfilan con fuego tu figura,
proyectando en los pueblos ribereños
la noche con sus lunas y sus sueños,
su dilatada sombra y su negrura.
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Eres, en el ocaso, la áurea llama
que dibujó las tardes de mi infancia,
con tu encarnado fuego, tu elegancia,
tu eterno estar ahí, querida dama.
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Blanco balcón de nieve que se graba
en el futuro andar de la mirada.
Tu silueta de luz, Peñacorada,
en el inmenso cielo azul se clava.