Medio ocultas y lozanas,
emergen sin previo aviso,
cual rosas de porcelana.
Sin ellas no hay paraíso.
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Me gusta sentir cercano
su aroma, y no me resisto
a palparlas con la mano
y a mirarlas sin ser visto.
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Descubrirlas y observar
su firmeza y su frescura
cogerlas y acariciar
su redondez y blancura.
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Hay que llagar con cautela
al lugar justo y preciso,
siguiendo su blanca estela.
Sin ellas no hay paraíso.
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Me gusta su suavidad
cuando las llevo a la boca
y percibir su bondad,
cuando mi lengua las toca.
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No hay boca que no se rinda
al verlas en la cocina,
ni a las que a veces me brinda
la buena de mi vecina.
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Tomo las buenas y dejo
las muy tiernas y delgadas
y miro, pero me alejo
de las secas y arrugadas.
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Abril y mayo sin ellas
no tendrían igual sentido.
Son como blancas estrellas,
brillando en cielo invertido.
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Buscan la húmeda pradera,
como el clavel y el narciso
Sin ellas no hay primavera,
sin ellas no hay paraíso
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Me gustan firmes y prietas,
su tacto carnoso y liso.
No hay paraíso sin setas,
sin setas no hay paraíso.
Espero os guste este poema dedicado a las setas el autor es Eliseo mi sobrino.
